23.2.06

(Sin) Satisfaction

Empieza siendo una crónica, luego un ejercicio pobre de sociologia, posteriormente se desprende la idea de que nuestros padres no son cool y por último se ataca a lo que entendemos, es el rock en la actualidad, como para no andar desvariando, vea.


Madrugada del Miércoles. Buenos Aires se consumía en las brasas infernales de Febrero. Nosotros, emprendíamos la vuelta a casa. La empresa, ardua, nos encontraba en Cabildo. Cuando la calle se llena de gente un martes a la noche uno empieza a sospechar. No había que ser Sherlock Holmes para develar el intringulis: rollingas, que como nosotros, regresaban al pago. Vemos pasar, en manifestación silenciosa, a miles de ellos. Nos disfrazamos de Bourdieu y elaboramos una pequeña tesis sociológica al paso. Al paso también son los panchos que vende el maxikiosco donde esperamos la llegada del escurridizo 114.

La peregrinación frente a nosotros revela la primera premisa: El público de los Stones ha cambiado. Llama la atención lo rubios que son estos rollingas extracción cero seis. ¿Y los morochos? Hay dos opciones: O no pudieron costear el excesivo precio de la entrada (más de cien pesos) o ya no son rollingas. Entendemos que hay una mezcla de los dos. Consideración al márgen: a riesgo de ser menemistas, estamos en condiciones de asegurar de que con Carlo, a los Rollin' los iban a ver (¿hasta?¿también?) los lúmpenes. Pero, tal vez, los lúmpenes que fabricamos desde el '98 parecen no interesarse en el rock mainstream, demasiado alejado de todo. Segunda hipótesis: Ser un rollinga estético. Quiénes criticabamos estas tribus urbanas por ser un gesto posmoderno, un producto de la repolitización cultural aberrante, hoy nos vemos sorprendidos al nivel de tener que llegar a decir que "rollingas eran los de antes". El Ser rollinga se amplió y en consecuencia se desdibujaron sus bordes: p.e. en el abanico musical entran sin hacer mucho ruido La Mona Jiménez, Falta y Resto y quizás los Rolling Stones (antes conocían la existencia de Flashpoint, cosa que dudo de los actuales). Entonces, decimos, muchos adolescentes pueden ser rollingas y si muchos y muy mal pueden serlo quiénes necesitan una distinción ya ni piensan ser rollingas, porque rollinga es la pendeja con flequillo que hasta hace diez minutos miraba Floricienta, porque rollinga puede ser el profesor de gimnasia y fundamentalmente, porque rollinga, ¡diablos! puede llegar a ser su papá o su mamá, si su suerte es pésima. Compartir a los Stones con papá, ese ser oscuro, pelado y con camisa rosa manga corta de Chemea no es cool, porque papá, por definición, no es cool: no duerme en el Four Seasons, no lo corren jovénes con el hímen intacto, no lo homenajean con mollejas, ni le ofrecen las ubres de Flavia Palmiero y no viaja en el helicóptero anfibio de Hadad. Papá no es un Rolling Stone aunque tenga la misma edad y diga "estos son de mi época" (falso, él iba a escuchar a los Wawancó en los carnavales del club Comunicaciones, que no se diga). Esto no es rock. Hoy, ser rollinga, no es rock.

El rock, en la Argentina, es lo más parecido a un jardín de infantes. Dictado por una maestra vieja pero progre: consignas políticamente correctas, ecológicas (¡porque el porro es pro el paco no!), anti-papeleras, para un público mocoso que no se hace ninguna pregunta; al que reconforta ponerse el guardapolvito -con corbatita- azul con cuadraditos para ser igual que los otros nenes: como Nahuel, como Ian, como Tiago, como Santino y el hijo de los Carámbula. En el jardín, se lee la Genios (la billiken la leia papá) y ahí los chicos aprenden a agradecerle a los próceres por el rock que tenemos, que es pobre pero honrado como el diario de Pelotillehue; y los nenes repiten: el rock argentino es escuchado en toda Latinoamerica. Y después, cuando pueden distinguir los colores primarios de los que no lo son, los cuadrados de los circulos y los triángulos, ahí mismo, les enseñan la Historia de nuestros grandes héroes, los que tienen grandes batallas ganadas allá lejos y hace tiempo. En el jardín conocemos a Luis Alberto Sarmiento, a Charly San Martín, al Indio Belgrano... nuestros héroes se leyeron a si mismos ésta Historia durante los últimos treinta años, ególatras como son, no cambiaron su discurso, musicalmente insignificante, perecedero. Mientras tomamos la leche chocolatada, la maestra nos enseña que meterse con los próceres es ser realista, español digo, o Beresford. No es de Argentino.

Queremos admirar a gente que tenga nuestra edad o un poco menos. ¿Cómo seguir a un cincuentón que sale en la Paparazzi con una modelo haciendo yoga? A nosotros nos falta una guerra del cerdo, creo, en mis dias más pendencieros. El problema es que no haya jóvenes para reemplazarlos.
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19.2.06

Reflexiones antes de ver Futbol de Primera

Tenía ganas de postear algo y a la vez, la abundancia y la calidad de los temas me exigía un esfuerzo mental que este domingo, ardiente como el auto de Nikki Lauda, me impide hacer. Lo que no quiere decir que escriba estos párrafos a media máquina. Como a Gatica, al público "se lo respeta".

Quería agradecer los comentarios elogiosos que ha recibido este emprendimiento asarozo y arbitrario. Comienzo a sospechar que dichos panegíricos están proclamados por aquellos que nunca nos han leído. El éxito se sabe, es una confusión. Ya estamos cerca de las mil visitas, bien puntanos!

Me reconforta tener entre nuestros commentadores a F.A. (aka el ortodoxo) y, fundamentalmente a L.M., que, como corresponde a los ídolos, desconocía a su grupo de fanáticos; pero hey, un día te levantás y sos big in Japan.

En otro orden de cosas, renové el template -lo que rodea al texto-, agregando algunos links, ampliando la galería de blogs y señalando algunas obsesiones pasajeras sobre libros, cine y música. Si no la ven, bajen hasta el final del blog y la encontrarán.

Les dejo, como despedida, algunos párrafos de lo que estoy leyendo actualmente que me rozaron, tal vez, una fibra íntima.

El arte es lo opuesto a las ideas generales, no describe sino lo individual, no desea sino lo único. No califica, descalifica. Por más que nos preocupen, nuestras ideas generales pueden ser parecidas a las que están en curso en el planeta Marte, y tres líneas que se cortan forman un triángulo en cualquier punto del universo. Pero observen la hoja de un árbol, con sus caprichosas nervaduras, sus colores que varían por efecto de la sombre y el sol, la hinchazón levantada por la caída de una gota de lluvia, la picadura que le deja un insecto, la huella plateada del pequeño caracol, el primer dorado mortal que ha marcado el otoño; y busquen una hoja exactamente igual en todos los grandes bosques de la tierra: los desafío a que lo hagan. No hay ciencia del tegumento de una hojuela, de los filamentos de una célula, de la curvatura de una vena, de la manía de una costumbre, de los rodeos de un carácter. Que tal hombre tenga la nariz torcida, un ojo más alto que el otro, la articulación del brazo anudada; que tenga la costumbre de comer a tal hora una pechuga de pollo, que prefiera un vino generoso al chateau-margaux, eso es lo que no tiene parangón en el mundo.

Marcel Schwob, Vidas Imaginarias.

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[...] ¿y qué espera usted conseguir, exactamente, con su investigación?
-Salvar al mundo -replicó solemnemente Sheldrake.
-¿Cómo ha dicho?
-El turismo está desgastando el planeta -Sheldrake rebuscó de nuevo en su plateado maletín y extrajo de él un fajo de recortes de períodico marcados con rotulador fluorescente amarillo. Los hojeó rápidamente-. Los senderos en el Lake District se han convertido en zanjas. Los frescos de la Capilla Sixtina se están estropeando a causa del aliento y el olor corporal de los espectadores. Cada minuto entran en Notre-Dame ciento ocho personas, sus pies erosionan el suelo y los autocares que las traen corroen la piedra de la fachada con los gases del tubo de escape. La contaminación debida a los coches que hacen cola para llegar a las estaciones de esquí de los Alpes está matando a los árboles y causando aludes y deslizamientos de tierras. El Mediterráneo es como una taza de water sin cadena; si nada en sus aguas, tiene una probabilidad contra seis de pillar una infección. En 1987 tuvieron que cerrar Venecia un día porque estaba llena. En 1963, cuarenta y cuatro personas bajaron por el río Colorado en una balsa; actualmente hay un millar de viajes al día. En 1939, un millón de personas viajaron al extranjero; el año pasado esa cifra fue de cuatrocientos millones. En el año 2000 podría haber seiscientos cincuenta millones de viajeros internacionales, con un número cinco veces mayor de personas viajando en sus propios países. El mero consumo de energía que esto supone ya es portentoso.
-Dios mío -murmuró Bernard.
-La única manera de parar esto, legislación aparte, consiste en demostrar a la gente que en realidad no disfrutan cuando salen de vacaciones, sino que se entregan a un ritual supersticioso. No es una coincidencia que el turismo ascienda precisamente al declinar la religión. Es el nuevo opio del pueblo, y como tal debe ser denunciado.

David Lodge, Noticias del Paraíso
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Génesis de la tristeza
No hay insatisfacción profunda que no sea de naturaleza religiosa: nuestros fracasos provienen de nuestra incapacidad para concebir el paraíso y aspirar a él, lo mismo que nuestros malestares de la fragilidad de nuestras relaciones con lo absoluto. "Soy un animal religioso incompleto, padezco doblemente de todos los males" -adagío de la Caída, que el hombre se repite para consolarse. Al no lograrlo recurre a la moral, decide seguir a riesgo del ridículo, su consejo edificante. "Resuélvete a no estar triste", le responde ésta. Y él se esfuerza por entrar en el universo del Bien y de la Esperanza... Pero sus esfuerzos son ineficaces y antinaturales: la tristeza se remonta hasta la raíz de nuestra pérdida..., la tristeza es la poesía del pecado original...
E. M. Cioran, Breviario de Podredumbre
Que sigan bien.
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14.2.06

Sobre esa mierda llamada amor

Cuando tuve que explicar que significaba aquello de la mierda del amor (frase fruto de una charla con el Oscuro) aparte de dar algunos rodeos, dije que no estabamos en contra de la idea del amor, después de todo, una idea tan neutra como el capitalismo o el consejo de la magistratura, pero que, como sucede con todas las ideas, los seres humanos llenamos de sangre y demencia, de sonido y furia. Una vez inserta en el tiempo, en la historia, la idea del amor se transforma en creencia y se puede estar a favor o en contra; hete aquí el nacimiento de la política. Entonces el amor, como "lo cultural" y la política, es todo; todo es amor. Pero no tenemos teoría. Podemos recurrir a las estadísticas del INDEC o aprender a bailar, comprar flores y bombones; hay algo trascendental y algo imbécil que no podemos explicar. La fucking cosa, la papa, lo que garpa. Eso no está en ningún lado y por ahí es sólo una confusión, no lo sabemos. Por lo tanto, no me corras, no me corras con la herrumbre de la idea del amor: con la fidelidad, con la convivencia, con la seguridad, con la limpieza, con los anillos, con los cumpleaños, con los San Valentines, con tener hijos o con no tenerlos. No me corras con nada de eso porque eso no es. Y por último, no me corras con la mierda del amor porque no sé que mierda es y vos tampoco lo sabés.
Elegí ésta canción, primero porque me gusta (¿y si eso es amor?) y segundo porque representa algo de lo que venimos pregonando. Iba a escribir que tras su aparente festejo de la promiscuidad, pero no, festeja la promiscuidad, porque tengo que decir que "aparenta" hacerlo, estoy contaminado... Decía entonces que ésta canción está dedicada a todos los que creen que, después de todo, no hay tragedia griega, ni llanto desconsolado, ni terapia de grupo, ni maratón sexual capaz de opacar el único hecho importante: pasarla bien, divertirse. Después, pongan el nombre que quieran. Traté de no ser ñoño, no sé si lo haya logrado. Quizás el amor, como sugiere la lírica de la canción, no sea más que un auto feo con el tanque lleno un día de sol.

The Luckiest Guy On The Lower East Side (The Magnetic Fields, 69 Love Songs, 1999)

Andy would bicycle across town
in the rain to bring you candy
and John would buy the gown
for you to wear to the prom
with Tom the astronomer
who'd name a star for you

Andy, debe cruzar la ciudad bajo la lluvia
en bicicleta, para llevarte dulces
y John comprarte un vestido largo
para el baile del colegio
Tom, el astronomo
para vos nombró una estrella

But I'm the luckiest guy
on the Lower East Side
cause I've got wheels
and you want to go for a ride

Pero soy el más afortunado
en el Lower East Side
porque tengo ruedas
y vos querés dar una vuelta

Harry is the one I think you'll marry
but it's Chris that you kissed
after school
well I'm a fool, there's no doubt
but when the sun comes out
and only when the sun comes out

Harry, pienso, es con quién te casarías
Pero está Chris, que besaste
al salir del colegio
Soy un idiota, de eso no hay duda
pero cuando el sol sale
y sólo cuando sale el sol

But I'm the....

The day is beautiful and so are you
My car is ugly but then I'm ugly too
I know you'd never give me a second glance
but the weather's nice all the other
guys don't stand a chance

El día es bello y vos también
Mi auto es feo pero yo, lo soy también
Se que nunca me vas a dar una segunda oportunidad
Pero cuando el tiempo es bueno todos los otros
muchachos no tienen chance

I know Professor Blumen
makes you feel like a woman
but when the wind is in your hair
you laugh like a little girl
So you share secrets with Lou
but we've got secrets too
Well, one: I only keep this heap for you

Yo sé, que el Profesor Blumen
te hace sentir como una mujer
cuando el viento te roza el pelo
reis como una niña.
Compartis secretos con Lou
pero nosotros tenemos secretos también
Bueno, sólo uno: Mantengo el tanque lleno por vos

cause I'm the ugliest guy
on the Lower East Side
but I've got wheels
and you want to go for a ride

Porque soy el más feo
en el Lower East Side
pero tengo ruedas
y vos querés dar una vuelta

La traducción es mía y supongo que mala (confirmado).
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12.2.06

Ni Por Un Grammy De Merca

Por el hecho fatal e ineludible que me obliga a rendir un final (de Mangone encima) la noche del sábado me encontró en mi casa, cocinándome unos patys, escuchando como bailabamos a la Academia -saludos al Oscuro, muy oscuro el futuro de Ra Sin Club-. Más tarde, enganche la transmisión en diferido, bah, transmisión no, rejunte de lo que había sido la ceremonia de los Grammy Awards 2006, que insistieron en llamarla "lo mejor de" con lo que uno empieza a pensar en que habrá sido lo peor, pero bueno, ya que estabamos en el baile dijo el Roña Castro...

Oficia de presentador en un estudio de canal 13 un engendro que lleva por nombre Bebe Contempomi. ¿Qué decir? Es de esos personajes chupamedias, infradotados, que capaz que le consiguen la merca a Charly Garcia y por eso se hacen famosos; vaya a saber uno como hizo este bobby para llegar a donde llegó que tampoco es mucho pero para sus cualidades es un premio exagerado. Exageradas también son sus gesticulaciones permanentes, que nos hacían pensar en camisas de fuerza y valium.

Primer show: Madonna y Gorillaz. Madonna en plan madre de los borregos cantando esa canción nueva: Hung Up, con homenaje a ABBA incluido (No Me Corras banca a los suecos a morir!); que no está mal... no les extrañe que suene en alguna fiesta con DJ Carlos en las bandejas. Madonna no está arruinada para tener casi la edad de mi padre: conserva sus buenas gambas aunque ha perdido un poco el culo y bueno que quieren, ahora es brittish, una nación sin culos. Gorillaz ¿remember? Esa banda que recordarán por los lindos dibujitos... ahora no les quedó ni eso, estaban 3d-izados, resultado: unos muñecotes despreciables, aún más despreciables que Damon Albarn que le roba a los Kinks para esta pedorrada. Roja para el ex Blur, ¿Blur todavía existe?, de cualquier manera, fuera de la cancha.

Los grandes ganadores de la jornada han sido los U2, próximos turistas en nuestro país del tercer mundo con shows que salen como si vivieramos en Cincinatti (el primer mundo). Bono (tóquense que es yeta, van a ver, nos va a pasar algo a los argentinos, atento Horangel) recibe un de los tantos premios sin motivo, agradece y se baja los pantalones, metafóricamente claro: dijo algo así como "estamos felices por estar en el "show bussiness" -se tradujo como el mundo del espectáculo- [...] que es como un circo en el que si uno tiene que limpiar la caca de los elefantes igual es feliz". ¿Hace falta decir algo como esto? ¿Era necesario? Esto es rock año 2006 señores. Como no añorar otras décadas, otros años en los que los rockeros no necesitaban ser tan peteros, tan subordinados, tan burgueses. Bono, ya te llegará tu Lee Harvey Oswald, tu Ali Agca, tu San Martín, tu cicuta o el Ebola, si vas a molestar al Africa. Marcharía con el PO si se manifestaran en contra de tu llegada.

Coldplay vino después. Poco vamos a decir de estos sub radioheads, emocionales, estandartes del rock "minita", del adolescente conflictuado y llorón. Lo único que deseamos es a la mujer del cantante, la señora Gwyneth Paltrow, hermosa criatura. Es un pecado desear la mujer del prójimo, es un pecado que ella esté con él.

Bruce Springsteen. Un personaje raro, en Europa es amado, pero amado mal eh, jodido, los italianos lo adoran. En Argentina, salvo en cierto círculo, es ignorado olímpicamente. Nosotros no sabemos que hacer con él; no sabemos si homologarlo a León Gieco, si es otro Bob Dylan, si en los EE.UU. lo quieren o lo detestan; no sabemos casi nada de este hombre salvo, que usariamos su tema Born In The USA en una potencial película que, con suerte, dirijamos. Por ahora, dejemos a Bruce en el anonimato. Aparte no tengo ganas de ponerme a escuchar su discografía que imagino sólida como el colorado Gamarra.

Turno de Mariah Carey. Una gorda envasada al vacío en un vestido blanco, no mucho más que eso... pegó unos gritos histéricos y nos enteramos que estuvo años deprimida. La angustia se ve que le da hambre, a nosotros también y entonces el par de patys desaparece.

El regreso de la noche. Es el de Sylvester Sly Stone, el negro que tenía la banda de funk emblemática -Sly & The Family Stone-, aunque, para los clásicos del género, nosotros preferimos a George Funkadelic Clinton. Se ve que Sly volvió a las tablas después de doce años de ausencia, por este motivo, el homenaje. El espectáculo se desarrollo de la siguiente manera: jóvenes promesas -y no tan jóvenes- cantaban los éxitos del viejo Sly (él no estaba todavía en escena); pasaron Joss Stone, una rubia que no es familiar de Sly cuya virtud es cantar como negra -¿yo canto como perro no me invitan?-; unos negros de los que no me acuerdo el nombre; dos negras que tenían unas piernas de exposición; uno de los Black Eyed Peas que parecía Jamiroquai; Steven Tyler (Aerosmith) que, como todos sabemos, lo mejor que hizo en la vida fue su hija, otro par de piernas interminables. Cuando ya me aburría, aparece Sly, capa plateada, cresta enorme plateada. Era como Ray Charles freak; tenía creo, un corset de hierro para no caerse. Balbuceó algo en el micrófono y se las tomó. ¿Era necesario? ¿Es por la próstata? Sé que en EE.UU. la medicina tiene precios astronómicos; ojalá sea para costear una próstata nueva, galvanizada, sino es un horror.

Christina Aguilera, look años 50, como si tanto clasicismo fuera a calmar a la imagen de putita del bronx latino que vendia antes. Te deseamos suerte con los standard de jazz que pensas arruinar, rogamos también que si llegas a hacerlo, el fantasma de Billie Holliday te introduzca un juguete macizo de grandes proporciones allí donde no te da el sol.

Después cantó uno que respondía al nombre de John Legend, una canción que respondía al género neo soul. Amantes del soul clásico, recomendamos escuchar los proteicos nueve volúmenes del sello Stax; no pierdan tiempo con estas cosas neo.

China, sabés que no me quiero ensañar, se que sufrís y que además lo haces por tus amigos que no leen esto pero éste turro apareció de nuevo, no tenía pensado dedicarle nada y se corporizó, como un pitufo Enrique.

En dedicado homenaje a (uf!) Paul MacCartney, Jay Z y un bobby de Linkin Park, cantan Yesterday. Esto nos hace pensar en Public Enemy y en los Beastie Boys que no hace tanto -comienzos de los noventa!!- rapeaban como la gente, defendiendo el groove del barrio. Ahora estos fantoches hacen "hip hop" y cantan con MacCartney. Que diablos pasa! Luego, el propio Macca hizo Helter Skelter, el tema que le voló la térmica a Charles Manson. Y en ese contexto tan banal, sonó rockero.

Esto es -casi- todo. Al término de este programa especial dedicado a los Grammy vino otro que es semanal, qué es la segunda vez que veo y que me genera una extraña fascinación, lo que es decir en líneas generales que no puedo dejar de verlo. El ciclo en cuestión se llama Princesas y está conducido por Jazmín de Gracia y Paula Chávez, dos modelos que surfean en la mitad de la tabla con trabajos semi-top (como desfilar en una comparsa chaqueña) y que se comportan con un desparpajo y una egolatría insostenible para el lugar que ocupan en el campo. Será una mezcla de todo esto que señalo, o la voz de borracha de Jazmín, o sus propias y falsas lágrimas en la ida de Paula a Miami por unos meses ("por unos meses me dijo, con s") lo que hacen del programa un artefacto extraño que me imana.
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7.2.06

Excursión a Florida por el camino del samurai

Ustedes, queridos compañeros, ya habrán tenido el gusto de leer aquí la reseña de lo que ya se conoce como la noche "del hombre que no podía decir que no". A continuación les ofreceremos algunos documentos fotográficos, en formato Cinesmascope, de aquella velada de carácter extraordinario. Y por el mismo precio les regalamos, lo que en una revista tipo paparazzi sería el poster "desplegable central", con una figura estelar. Para pegar en tu cuarto al lado de la de Nazarena!. Y si sos mujer, al lado de la de Steve MacQueen.

Documento 1: "El Buen Hombre, La Amiga de La Hija y El Que No Podía Decir Que No"

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(Diálogo)
El Suegro: Decime cual es?
C.G.: Aquél.
El Suegro: Que habré hecho mal?
C.G.: Vos nada... yo se lo presenté.
El Suegro: Me debes una.
C.G.: El crimen no paga.
El Suegro: Esto te va a costar caro.
C.G.: Más caro te va a salir a vos: Es sociólogo.
El Suegro: Esto se desnaturalizó.

Documento 2: "La Torta, El Hombre Que No Podía Decir Que No y El Observador Participante"

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Hombre que no podia decir que no: "Chá de la lora ésta es la quinta porción"
Observador: "Los placeres hay que dárselos en vida"
Hombre...: "Hablando de dar, dame una patada en el pecho, estoy atragantado"

Documento 3: "El Show De Moscato con escenografía de amor"

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M.: "Esta gente de ahí atrás es de décima".
Todos a coro: "Moscato, Moscato"
M.: "Son un público de décima"
M.: "Anti en Ramos"


El Despeglabe central para coleccionar. "Moscato In The Sky With Diamonds"

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Como vemos algunos históricos que la nueva camada de compañeros anda medio perdida en la posmodernidad, les sugerimos seguir el camino del Samurai (hagakure), algunos simpáticos consejos que pueden aplicar en la vida diaria.



"Cuando hice la siguiente pregunta: "¿Qué es lo que no debe hacer jamás un Samurai que esté al servicio de daimyo?", Me fue contestado: "Un Samurai no debe ni beber demasiado ni estar demasiado seguro de sí mismo ni darse a la lujuria." En período de dificultad, estas debilidades sólo tienen pocas ocasiones de ser satisfechas. Así, sólo tienen consecuencias limitadas. Pero cuando los tiempos mejoran, la vida se vuelve más fácil. Entonces estos tres defectos se vuelven susceptibles de tener consecuencias nefastas. Examinad de cerca la carrera de personas que conocéis. En cuanto empiezan a palpar el triunfo, se vuelven arrogantes sin medida, se entregan a un lujo imperdonable. Es bueno enfrentarse con dificultades en la juventud porque el que no ha sufrido jamás no ha templado plenamente su carácter. Un Samurai que se desanima o abandona frente a las pruebas, no es de ninguna utilidad."

"La bondad o la maldad del carácter de un individuo no se reflejan en el éxito momentáneo o en el fracaso, aquí abajo. El éxito o el fracaso no son, a fin de cuentas, más que manifestaciones de la Naturaleza. El bien y el mal son, sin embargo, naturalezas humanas. No obstante, es cómodo, por razones didácticas, expresarse como si el éxito o el fracaso en el mundo fueran el resultado directo de un buen o mal carácter."

"Los tiempos han cambiado mucho en el transcurso de estos últimos treinta años. En nuestros días, cuando los jóvenes Samurais se reúnen, hablan de dinero, de provecho, de pérdidas, de la manera de administrar su casa, de los criterios para juzgar el valor de la vestimenta, e intercambian opiniones profanas. Si otro tema es evocado, el ambiente se estropea y cada uno se siente vagamente a disgusto. ¡Qué estado tan lamentable éste al que hemos llegado! Antaño, hasta la edad de veinte o treinta años, un hombre joven no tenía ningún pensamiento para las cosas materiales o indelicadas, por lo tanto no hablaba de ellas jamás. Si, por accidente, en su presencia, los hombres de edad madura dejaban escapar de sus labios alguna reflexión fuera de lugar, se sentía tan afectado como si hubiera recibido una herida física. La tendencia nueva ha penetrado aparentemente mediante lo que los tiempos modernos aprecian al máximo: el lujo y la ostentación. Sólo el dinero tiene importancia. Es manifiesto que si los hombres jóvenes no tuvieran estos gustos de lujo, incompatibles con su situación, esta actitud errónea desaparecería. Por otra parte, alabar como ricos en recursos a jóvenes ahorrativos y parcos, es completamente despreciable. La frugalidad equivale a la ausencia del sentido del giri u obligaciones sociales y personales. ¿Necesito añadir que un Samurai que se olvida de sus obligaciones hacia los demás es despreciable, cobarde e indigno?"

"La vía del Samurai exige, entre otras cosas, que se esté siempre dispuesto a someter a prueba la firmeza de su resolución. Noche y día, el Samurai debe seccionar sus pensamientos prepara una línea de acción. Según las circunstancias, puede ganar o perder. Pero evitar el deshonor es un hecho distinto de l victoria o de la derrota; para evitar el deshonor tal vez le será necesario morir. Pero si, desde el principio, las cosas no se desarrollan como había previsto, debería intentarlo de nuevo. Para ello, ninguna sabiduría ni habilidad particular son precisas. El Samurai valiente no piensa en términos de victoria o derrota; combate fanáticamente hasta la muerte. Sólo de este modo realiza su destino."
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3.2.06

Postales veraniegas

A C.G. que disfruta de estos posts

Una parte de nuestros habituales lectores -quizás los más belicosos-, nos sugirieron abandonar -no sin cierta violencia- nuestras divagaciones habituales, más cercanas a las expresiones artísticas, los desplantes y la búsqueda de los brief glimpses of beauty, como quiere el lituano Jonas Mékas. Decía entonces que este grupo pequeño pero radicalizado, nos llamó a desandar el camino y volver a conceder espacio al espíritu de aquellos primeros, balbucenates posteos. Cobardes como Céline, aceptamos la invitación a punta de revólver.
Gracias al trabajo de un corresponsal enviado a la costa atlántica por este multimedio, accedimos a un material que son más que triviales fotos; compañeros, aquí hay documentos.
Pedimos perdón a nuestra clientela culta y aristocrática, la mayoría silenciosa, que no va a entender estos chistes internos.

Uno de nuestros habituales parroquianos, apodado "el oscuro", con la nostalgia de lo que nunca vivió, o acaso rememorando el gol del chango Cárdenas.

N. o un claro ejemplo de que las cremas para el sol son un fraude; se viene el juicio millonario a Hawaiin Tropic, las pruebas hablan por si solas.

This Is The End, My Only Friend The End.


"Animal de Barrio", se come una milanesa con el tradicional glamour que lo caracteriza.

F. A. "biblioteca dura" haciendo la dieta de la selva: comer como un animal.

L.M., uno de nuestros faros, durmiendo, harto de los personajes de "décima" que lo rodeaban.

Antes de que acusen a este anfitrión de soberbio, les queremos presentar el último peldaño de esta antología. Como parte de una campaña de desprestigio, acusan a este servidor de aristócrata y mal entretenido. Este documento, echa por tierra tales despropósitos; demuestra que el dueño de casa, con prodigioso desempeño -y cierta alegría- se encarga de quitar la suciedad de los platos. Y agrega a modo de coda que "no se le caen los anillos por hacerlo" y "pobre del que me acuse de metrosexual".

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