12.2.06

Ni Por Un Grammy De Merca

Por el hecho fatal e ineludible que me obliga a rendir un final (de Mangone encima) la noche del sábado me encontró en mi casa, cocinándome unos patys, escuchando como bailabamos a la Academia -saludos al Oscuro, muy oscuro el futuro de Ra Sin Club-. Más tarde, enganche la transmisión en diferido, bah, transmisión no, rejunte de lo que había sido la ceremonia de los Grammy Awards 2006, que insistieron en llamarla "lo mejor de" con lo que uno empieza a pensar en que habrá sido lo peor, pero bueno, ya que estabamos en el baile dijo el Roña Castro...

Oficia de presentador en un estudio de canal 13 un engendro que lleva por nombre Bebe Contempomi. ¿Qué decir? Es de esos personajes chupamedias, infradotados, que capaz que le consiguen la merca a Charly Garcia y por eso se hacen famosos; vaya a saber uno como hizo este bobby para llegar a donde llegó que tampoco es mucho pero para sus cualidades es un premio exagerado. Exageradas también son sus gesticulaciones permanentes, que nos hacían pensar en camisas de fuerza y valium.

Primer show: Madonna y Gorillaz. Madonna en plan madre de los borregos cantando esa canción nueva: Hung Up, con homenaje a ABBA incluido (No Me Corras banca a los suecos a morir!); que no está mal... no les extrañe que suene en alguna fiesta con DJ Carlos en las bandejas. Madonna no está arruinada para tener casi la edad de mi padre: conserva sus buenas gambas aunque ha perdido un poco el culo y bueno que quieren, ahora es brittish, una nación sin culos. Gorillaz ¿remember? Esa banda que recordarán por los lindos dibujitos... ahora no les quedó ni eso, estaban 3d-izados, resultado: unos muñecotes despreciables, aún más despreciables que Damon Albarn que le roba a los Kinks para esta pedorrada. Roja para el ex Blur, ¿Blur todavía existe?, de cualquier manera, fuera de la cancha.

Los grandes ganadores de la jornada han sido los U2, próximos turistas en nuestro país del tercer mundo con shows que salen como si vivieramos en Cincinatti (el primer mundo). Bono (tóquense que es yeta, van a ver, nos va a pasar algo a los argentinos, atento Horangel) recibe un de los tantos premios sin motivo, agradece y se baja los pantalones, metafóricamente claro: dijo algo así como "estamos felices por estar en el "show bussiness" -se tradujo como el mundo del espectáculo- [...] que es como un circo en el que si uno tiene que limpiar la caca de los elefantes igual es feliz". ¿Hace falta decir algo como esto? ¿Era necesario? Esto es rock año 2006 señores. Como no añorar otras décadas, otros años en los que los rockeros no necesitaban ser tan peteros, tan subordinados, tan burgueses. Bono, ya te llegará tu Lee Harvey Oswald, tu Ali Agca, tu San Martín, tu cicuta o el Ebola, si vas a molestar al Africa. Marcharía con el PO si se manifestaran en contra de tu llegada.

Coldplay vino después. Poco vamos a decir de estos sub radioheads, emocionales, estandartes del rock "minita", del adolescente conflictuado y llorón. Lo único que deseamos es a la mujer del cantante, la señora Gwyneth Paltrow, hermosa criatura. Es un pecado desear la mujer del prójimo, es un pecado que ella esté con él.

Bruce Springsteen. Un personaje raro, en Europa es amado, pero amado mal eh, jodido, los italianos lo adoran. En Argentina, salvo en cierto círculo, es ignorado olímpicamente. Nosotros no sabemos que hacer con él; no sabemos si homologarlo a León Gieco, si es otro Bob Dylan, si en los EE.UU. lo quieren o lo detestan; no sabemos casi nada de este hombre salvo, que usariamos su tema Born In The USA en una potencial película que, con suerte, dirijamos. Por ahora, dejemos a Bruce en el anonimato. Aparte no tengo ganas de ponerme a escuchar su discografía que imagino sólida como el colorado Gamarra.

Turno de Mariah Carey. Una gorda envasada al vacío en un vestido blanco, no mucho más que eso... pegó unos gritos histéricos y nos enteramos que estuvo años deprimida. La angustia se ve que le da hambre, a nosotros también y entonces el par de patys desaparece.

El regreso de la noche. Es el de Sylvester Sly Stone, el negro que tenía la banda de funk emblemática -Sly & The Family Stone-, aunque, para los clásicos del género, nosotros preferimos a George Funkadelic Clinton. Se ve que Sly volvió a las tablas después de doce años de ausencia, por este motivo, el homenaje. El espectáculo se desarrollo de la siguiente manera: jóvenes promesas -y no tan jóvenes- cantaban los éxitos del viejo Sly (él no estaba todavía en escena); pasaron Joss Stone, una rubia que no es familiar de Sly cuya virtud es cantar como negra -¿yo canto como perro no me invitan?-; unos negros de los que no me acuerdo el nombre; dos negras que tenían unas piernas de exposición; uno de los Black Eyed Peas que parecía Jamiroquai; Steven Tyler (Aerosmith) que, como todos sabemos, lo mejor que hizo en la vida fue su hija, otro par de piernas interminables. Cuando ya me aburría, aparece Sly, capa plateada, cresta enorme plateada. Era como Ray Charles freak; tenía creo, un corset de hierro para no caerse. Balbuceó algo en el micrófono y se las tomó. ¿Era necesario? ¿Es por la próstata? Sé que en EE.UU. la medicina tiene precios astronómicos; ojalá sea para costear una próstata nueva, galvanizada, sino es un horror.

Christina Aguilera, look años 50, como si tanto clasicismo fuera a calmar a la imagen de putita del bronx latino que vendia antes. Te deseamos suerte con los standard de jazz que pensas arruinar, rogamos también que si llegas a hacerlo, el fantasma de Billie Holliday te introduzca un juguete macizo de grandes proporciones allí donde no te da el sol.

Después cantó uno que respondía al nombre de John Legend, una canción que respondía al género neo soul. Amantes del soul clásico, recomendamos escuchar los proteicos nueve volúmenes del sello Stax; no pierdan tiempo con estas cosas neo.

China, sabés que no me quiero ensañar, se que sufrís y que además lo haces por tus amigos que no leen esto pero éste turro apareció de nuevo, no tenía pensado dedicarle nada y se corporizó, como un pitufo Enrique.

En dedicado homenaje a (uf!) Paul MacCartney, Jay Z y un bobby de Linkin Park, cantan Yesterday. Esto nos hace pensar en Public Enemy y en los Beastie Boys que no hace tanto -comienzos de los noventa!!- rapeaban como la gente, defendiendo el groove del barrio. Ahora estos fantoches hacen "hip hop" y cantan con MacCartney. Que diablos pasa! Luego, el propio Macca hizo Helter Skelter, el tema que le voló la térmica a Charles Manson. Y en ese contexto tan banal, sonó rockero.

Esto es -casi- todo. Al término de este programa especial dedicado a los Grammy vino otro que es semanal, qué es la segunda vez que veo y que me genera una extraña fascinación, lo que es decir en líneas generales que no puedo dejar de verlo. El ciclo en cuestión se llama Princesas y está conducido por Jazmín de Gracia y Paula Chávez, dos modelos que surfean en la mitad de la tabla con trabajos semi-top (como desfilar en una comparsa chaqueña) y que se comportan con un desparpajo y una egolatría insostenible para el lugar que ocupan en el campo. Será una mezcla de todo esto que señalo, o la voz de borracha de Jazmín, o sus propias y falsas lágrimas en la ida de Paula a Miami por unos meses ("por unos meses me dijo, con s") lo que hacen del programa un artefacto extraño que me imana.
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