21.1.06

Iluminaciones Pt. 2

Se va la segunda. Quisiera hacer algunas aclaraciones que, realmente llegaron a confundirme hasta a mí. Desestimamos discos de The Doors y The Beatles por no ser todo “lo psicodélicos” que dicen que son. Al mismo tiempo, festejamos la existencia de discos que no lo eran. Porque se preguntarán Uds. somos tan beligerantes con unos y tan celebratorios con otros, si a fin de cuentas, ninguno llega a ser, lo que a unos le pedimos y a lo que otros le exoneramos, estos es, psicodélicos.

Luego, me di cuenta de que podía reconocer todo lo psicodélico en un disco, pero que no era tan fácil decir que era la psicodelia en si. Recurrí a la e-enciclopedia:

Psicodelia es la adaptación al castellano del inglés psychedelia, un neologismo
formado a partir de las palabras griegas psyché, "alma", y délomai,
"manifestar". El científico Humphrey Osmond inventó la palabra psychedelic,
"que hace manifestarse el alma", para referirse a las drogas comúnmente
llamadas alucinógenas, como la LSD


Como toda definición enciclopédica, tiene gusto a poco. Que diferencia habrá entre dos obras artísticas, una psicodélica y la otra no si creemos que en ambos casos son la manifestación del alma del artista que las crea.

Más adelante, la enciclopedia nos enfrenta al término sinestesia. La sinestesia sería, tanto en la retórica como en la neurología, la mezcla de dos impresiones diferentes. Así, Rimbaud le encontraba un color a las vocales en La Alquimia Del Verbo (¿recuerdan este nombre?). En la neurología, una persona sinéstesica podría ver sonidos u oler colores -Nabokov, dicen, “sufría” de sinestesia-. Según lo que se sabe, el LSD, permitiría acceder a semejantes sensaciones.
Punto final para la enciclopedia.

Más allá de la farmacología, podemos decir que la psicodelia para nosotros tiene más que ver con la ampliación del campo de batalla, esto es, encontrarle el color a las vocales, comprometerse en una vorágine creativa, una vocación de futuro; no por casualidad las zapadas interminables, las referencias al espacio. Pero también, la búsqueda de un pasado mitológico, o la creación de nuevos mitos (Donovan habla de Tolkien, Bolan de dragones y elfos, Barrett de gnomos). En suma, ser psicodélica no necesariamente hace que una obra de arte sea buena; la psicodelia será para nosotros la explosión creativa, el ir más allá de los límites. Por ese mismo motivo, algunos no saldrán de lo que vulgarmente se conoce como psicodelia. Nuevos colores, radiantes sensaciones, nos esperan en este segundo “viaje” por los discos del glorioso año de 1967.

The Byrds – Younger Than Yesterday

Los pájaros eran una banda formada en el lado Oeste -donde juegan los Lakers y Seattle-, de California. Entre sus integrantes estaban Roger “12 string guitar” McGuinn, Gene Clark que era el compositor estrella y David Crosby -que luego formaría con Stills, Nash y Neil Young, adivinen qué-. El cancionero de los Byrds siempre estuvo ligado al country rock, al folk rock. Sus mayores éxitos a nivel popularidad vinieron de la mano de una canción de Bob Dylan –dicho sea de paso, versión mejor que la original-, Mr. Tambourine Man y Turn, Turn, Turn; otro éxito suyo es I'll Feel a Whole Lot Better, que los Byrds nunca imaginarían que iba ser famosa por estos lugares alejados de la gracia de Dios: para el que no lo sabe, es Me siento mucho más fuerte sin tu amor de Charly Garcia. Durante toda ésta época (del ‘65 al ‘67) eran algo así como los Beatles americanos. No sólo es una cuestión de analogías sino que verdaderamente se escuchaban entre ellos. Para este disco ya habían echado a Gene Clark y venían de mover el avispero con la última canción del trabajo anterior Eight Miles High; la primera, propiamente psicodélica del grupo.
Empieza este disco con So You Want To Be A Rock & Roll Star, que es una crítica a los grupos armados por los productores (si, eso no es un invento de Santaolalla ni de Popstars). Mantiene, Younger Than Yesterday, la misma tesitura de los discos anteriores, buenas melodías y arreglos vocales superlativos. Hay un poco de aire psicodélico en C.T.A. en la que habla una especie de Yoda al final de la canción. Mind Gardens también tiene reminiscencias asiático orientales, con cintas pasadas al revés y ese sonido tan de la época, que muestra la influencia de los Beatles. Si quieren empezar con los Byrds arranquen por Mr. Tambourine Man para el folk rock o Sweetheart Of The Rodeo si les gusta más el folk y country más unplugged.

The Rolling Stones - Between The Buttons US (febrero)

No esperen que les cuente como se conocieron Jagger y Richards. Después del interesante Aftermath, los Stones van a sacar tres (!) discos en este año. BTB arranca con Let’s Spend The Night Together, es decir que empieza bien. Yesterdays Papers ya tiene algunos instrumentos raros aportados por Brian Jones pero es un tema que se queda ahí. Ruby Tuesday es un clásico y esta bien que así sea porque tiene con qué. Connection es un tema stone típico; en cambio She Smiled Sweetly cambia el registro hacia una balada que les sale muy bien: nos referimos a esas baladas cadenciosas, con un estribillo coreado y órgano. Cool Calm & Collected, incursiona en un mix de psicodelia y music hall sin decidirse por ninguno, lo que deja la canción en la mitad del camino. All Sold Out, es un tema muy de la época, más cercana a los power chords de los Who. My Obsession, también se tira más para el lado Who, igual no es muy remarcable: un relleno. Who’s Been Sleeping Here?, ya va prefigurando lo que va a ser el sonido Stone al final de la década, adaptando el folk americano a su estilo. Complicated, no confundir con el de Avril Lavigne, es otro tema con sonido stone, tampoco agrega mucho. Miss Amanda Jones, anticipa el sonido de los 70, buena canción en definitiva, aunque todavía les falta profundizar ese estilo. Something Happened To Me Yesterday, es una canción a lo Kinks y obvio, en comparación sale perdiendo por afano. Vemos como los Stones tienen un estilo pero todavía no está definido, por eso parecen metamorfosearse con las demás bandas de la época.

The Rolling Stones – Flowers US (Julio)

Flowers tiene otra tapa fea (y van...) y muchas canciones que no eran nuevas, es una especie de compilado raro, así cualquiera saca tres discos!. Arranca con Ruby Tuesday; el segundo tema es Have You Seen Your Mother Baby..., un single del 66 con sonido Stone más trompetas, me gusta hasta ahí, tampoco es gran cosa, es una variación de Let’s Spend The Night Together que le sigue. Lady Jane, que originalmente estaba incluida en Aftermath, es una balada, sin cadencia y sin que genere mucho interés, aparte es medio melodramática. Out Of Time es otro tema de Aftermath: linda canción y más soulera que la mierda que engancha perfecto con la próxima que es del gran Otis Redding, My Girl, otrora clásico del soul negro. Back Street Girl -que había sido lanzado en la edición de Between The Buttons inglesa junto con el tema que sigue- es otra balada, ahora con verdulera, lo que le agrega un toque afrancesado. Please Go Home, otro tema típico Stone, más para el lado setentas. Mother’s Little Helper, un tema más Kinks, y Take Or Live It y Ride On Baby -de la edición inglesa de Aftermath- que no agregan mucho. Sittin’ On a Fence, otro tema de relleno, en el que tratan de volver a usar la misma fórmula que Ruby Tuesday pero sin tanto éxito. Será que la tercera es la vencida, nos vemos en el próximo disco.

The Rolling Stones – Their Satanic Majestic Request (Diciembre)

Disco que graban durante todo el 67; este es el más psicodélico de los Stones, juran los periodistas, así que vamos a por él. Los Stones venían de quilombo tras quilombo: los habían penado por tener faso, se peleaban con Brian Jones, etc. El disco no tuvo buena acogida porque sonó que era pretencioso, como una prima menor del Sgt. Pepper (de hecho Lennon y Macca hacen coros). Veamos:
Un piano y unos vientos y cuerdas nos reciben en Sing This All Together, un tema con aires asiáticos por un lado y con ruiditos simpáticos -percusión, quizás marimbas-, y vientos por otro -un poco mal usados se ve que como ya les habían pagado... porque no soplan acá y acá. Lo mejor es que la canción está cantada a coro. Luego nos encontramos con Citadel, que no agrega mucho, no parece muy adecuada para este disco. In Another Land, es la única canción firmada por Bill Wyman, para que vean que eran democráticos y que este podía ser un Harrison. Sin embargo, es una canción bien psicodélica -como Lucy In The Sky- hasta el estribillo donde se convierte en otra canción stone, así que suponemos que le deben haber dicho: bueno hasta acá vos Bill deja que nosotros la terminamos. A mitad de camino entonces (termina con un ronquido!). 2000 Man es un temazo, no es muy psicodélico, es más, tiene un aire bien americano, una épica bien yanqui, sin embargo no desentona, no sobra –¡que buen estribillo para cantar en la cancha!-. El lado A terminaba con la coda del primer tema Sing This All Together (See Whats Happens), que dura casi ocho minutos y es una continuación más desangelada, en parte porque no cantan todos que es el detalle que me gusta de la primera; es una improvisación típica de la época sin muchas luces. El lado B empieza con She´s a Rainbow que es un clásico, a mi me encanta y me pone contento, así que no la critiquen -los arreglos de cuerdas son de John Paul Jones, uno de los Led Zepp. El disco sigue con The Lantern, que tiene ruidos de campanas, guitarra en feedback, pero en esencia es un tema Stone de los buenos, más tirando a setentas que a psicodelia, que no era lo de ellos claramente. Más adelante nos encontramos con Gomper, es casi evidente que está hecho por Brian Jones, hay mucho orientalismo y este si podría catalogarse como psicodélico. 2000 Light Years From Home indaga en el pathos espacial, pero los Stones han hecho cosas mejores. On With The Show es un tema Kinks, por el medio se pone medio caribeño con aires de calypso y termina el disco y el tema con esos ruidos tan avant garde. Resumen, un trabajo que no encuentra a los Stones en su salsa, un partido que juegan de visitante, pero ya llegarán los discos buenos hacia el final de la década cuando puedan establecer un estilo propio, más alejado de la moda, más cercano a su esencia.

The Free Design – Kites Are Fun

Banda loser si las hay, recién fue reconocida a fines del siglo pasado. Formada en New York, por tres hermanos y su padre (luego se agregaría la última hermana Ellen). La madre sólo cocinaba; chiste para nuestras amigas feministas. No metieron un hit ni que le vendieran el alma al diablo a pesar de tener unas canciones bellísimas y arreglos exquisitos. Quién sabe porque fracasaron tan estruendosamente, evidentemente en la construcción dialéctica de la historia, algunos talentosos fracasan y fracasados como La Bersuit se convierten poco menos que en héroes; pertenecerá la respuesta de este despropósito a los oscuros designios de la providencia. La música que hacen los Free Design puede encuadrarse en lo que se llama chamber pop, traduciendo es Pop de cámara, esto es, orquestaciones, vientos, cuerdas, armonías vocales. Algo así como la segunda etapa de los Beach Boys (cuando dejan de ser surf). Tienen poco de psicodelia, pero en este caso no importa, hacían una música hermosa. Sobresale Kites Are Fun y el cover de Michelle, harto mejor que el original (teníamos que pegarle a los Beatles en algún lado!).
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