10.1.06

Iluminaciones Pt. 1

Si yo le digo año '67, usted en que piensa. No es "comer". Tiene otra oportunidad. Tampoco es "comida". Bueno, yo le digo (acá debería haber un separador musical con trompetas, tipo el mundo del espectáculo, pero ustedes críos ni sospecharán de lo que hablo): es el año "del nacimiento del rock". Es una definición muy pomposa, muy de diario. Supongo que quieren decir que desde ahora se lo puede tomar en serio; algo de eso hay, pero porque no tomarse en serio a Joe Meek, a los Trashmen, no sé. No es un nacimiento, es más bien el comienzo de una curva ascendente (de creatividad estamos hablando) que llega hasta el principio de los 80. Lo que vino después han sido reverberaciones de aquella época. Considerando nuestro carácter iconoclasta vamos a tomar postura por algunos discos de ese año, a otros, los vamos a desacreditar; como son muchos, va a haber ediciones (esta es la number one).

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The Doors - The Doors y Strange Days
Morrison se traía todo el bagaje intelectual de la UCLA (lo que debe haber sido la carrera de arte ese año y en ese lugar, por Dios) y traía además a Ray Manzarek (el que toca el órgano y el bajo) que es una de las cuestiones por las cuales hoy los Doors siguen generando interés; si piensan en los sesenta, en la cabeza suenan como el órgano de Manzarek. Los otros dos, con suerte acompañan. Hay quién dice que fueron una de las bandas más creativas de la historia. No estoy para nada de acuerdo. A nivel musical, canción digamos, no innovan más que cualquier otra banda de la época. Contrario a lo que parece, no son los paladines de la psicodelia; por más que se llamen así por lo de Huxley (y lo de Huxley viene por Blake) y hallan pasado la lengua por cuanta pepa se le presentase. Digámoslo, los Doors, tienen poca psicodelia y no tienen buenos discos (cuando hablamos de discos, hablamos de discos enteros). Este en particular, tiene Break on Through y claro está, The End, otro emblema generacional y sí, también está Light My Fire que fue el tema que pegó en el verano -esto es chicana!.
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A mitad de año, sacan el segundo disco, Strange Days, más oscuro y urbano, más cabaret (aunque a veces suenen café concert). En parte, repiten la fórmula anterior, esos ambientes pre-lluvia, de hojas volándose, de olor a tierra, para estallar en el estribillo. Poco agregan esos temas como Love Me To Times, que son "rock" más cercano al pub que a la psicodelia. People Are Strange, no es una gran canción pero me gusta mucho. Con When The Music Is Over hacen otro tema de diez minutos con psicodrama y gritos; como decíamos antes, parece que estuvieran inventando todo pero a nivel musical no es gran cosa, no es más que una larga zapada.

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The Kinks - Something Else by The Kinks
A mi gusto, la banda de los 60. Y es una banda con "discos" enteros. Quizás esta sea su grabación más citada a la hora de hablar de ellos. Contradiciendo al zeitgeist de la época, los Kinks le cantaban a lo que se iba; a los personajes del barrio y del colegio (David Watts y Harry Rag), al té de las cinco; en fin, a la britanidad, diría Roland Barthes. Es difícil no claudicar ante la voz de Ray Davies: lejos de la "interpretación" morrisoniana, se desgrana Davies, como una magdalena en el té, melancolía en cada canción, la de Ray es una voz que se está yendo (es la voz de lo que se está yendo). Aparte de ser uno de los mejores, quizás el mejor, cronista de su generación. Este es el primer disco en el que agregan cuerdas y algunos vientos; que después llegarían como para regalar en Arthur. Gran disco, más no el mejor de su carrera. Los Kinks tampoco sonaban psicodélicos, pero lo suyo ya era una distinción, no era quedarse a mitad de camino, era una elección estética. Something Else debe tener un solo tema más o menos (Tin Soldier Man, muy Submarino Amarillo, muy beatle pedorro, aunque sea superior a este, en un disco de los Kinks es lo menos bueno). Si quieren empezar con los Kinks empiezen por acá (hay dos canciones emblemáticas: Death Of a Clown y Waterloo Sunset). La edición moderna trae bonus tracks, que generalmente son los singles que sacaban por la misma época (Polly o Wonderboy, temas bellísimos).

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The Velvet Underground - The Velvet Underground & Nico
Posiblemente sea la grabación más importante de la historia. De hecho, ya que estamos cerca, Morrison había visto a la Velvet y flasheó. Se podría escribir la historia de muchas bandas a partir del tema que les sirve de matriz. Si algo creó este disco es una tradición. Está lleno de ideas (hay una manera de cantar, de tocar la guitarra y hasta de hacer ruido), de violencia y ternura, de drogas, de wild side, de mugre; en fin, pulsión de muerte –una patada en el culo al hippismo. Acá todavía cantaba Nico, una modelo alemana, que también tiene un disco hermoso editado este mismo año del que hablaremos en otra ocasión. El que no conoce la existencia de TVU&N puede considerarse ñoño, así nomás. Ah y no crean que esas modelos que llevan la banana en la remera lo escucharon!. Contiene uno de los mejores temas de la historia del rock: Venus In Furs.

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Scott Walker – Scott
Scott Walker, es lo que los periodistas llaman “un crooner”. Es de esos cantantes con orquesta, muy expresivos, alla Sandro –Scott fue un teen idol también-, pero con mucho más producción, por ejemplo: en el primer tema, de aires mexicanos, hay una cantidad apabullante de vientos, hasta Zapata parece estar soplando. Cuerdas, drama, dandysmo, canciones francesas, todo eso en este disco y los tres que siguen, titulados II, III y IV (plop!)


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Donovan – A Gift From a Flower To a Garden
Puede que Donovan –escocés, el que “le enseñó a tocar a Lennon la guitarra”- parezca un blandito, un ecologista, un hippie más. Muy poco hay de eso, cualquier disco de Donovan de esta época, tiene más psicodelia que si juntamos todos los de Dylan y los Beatles. Acá (en nuestro país, digo) parece que era conocido, Tanguito se hacía llamar Donovan (o Ramses) -esto es para los que quieren quedar bien con detalles de color. Este no es el disco que más me gusta, puede resultar un poco largo. El que quiere empezar con Donovan, que empiece por Barabajagal o Sunshine Superman.

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Jimi Hendrix – Are You Experienced?
Cuando empecé a escuchar rock “en serio” (cuando dejas de escuchar lo que tenes a mano, esa mierda que se escucha en todos lados, la que sale en la radio y en la tele) Hendrix era mi ídolo. Tenía posters en mi pieza, al lado del gol del turco Asad al Milan. Supongo que en esa época creía que el rock se terminaba en Voodoo Chile. Hoy ya no creo que se termine ahí ni mucho menos. Será que con los años aprendí a detestar a los virtuosos, aunque el negro este lejos de ser Clapton o alguno de esos nabos como Steve Vai, que deberían morirse ya. Son otros caminos los que transito ahora, pero quizás vuelva por el lado de Funkadelic a Axis Bold As Love, veremos. Hendrix es como esas novias de la primaria, si la volvés a ver hoy por ahí está gorda y pierde el encanto que tuvo cuando ella (y vos) era otra persona. Mejor que siga el recuerdo que no le hace mal a nadie. Y porque no, recomendemos a Hendrix, que tocaba bien la guitarra, no se coman lo de que la prendía fuego, eso es para la gilada; como decía un artículo que tenía pegado en mi pieza, lo mejor de Jimi, no eran los solos de guitarra, era el silencio que se producía entre explosión y explosión. Nunca lo entendí bien, pero algo de eso habrá.

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Love – Forever Changes
Recién ahora se le está dando la importancia que tiene. Huele a espíritu hippie, a pachulí (nunca supe bien que es esto, siempre pensé que era porro, pero no estoy seguro, por ahí es sahumerio). Otro disco lleno de ideas: de los arrebatos latino/españoles de Alone Again Or, la épica de A House Is Not a Motel, el pulso psicopop de The Daily Planet. Un disco un poco inclasificable, casi una epifanía. Un sonido personalísimo y bastante adelantado a su tiempo. Si los Doors rara vez se desprendían de la premisa: banda californiana (del Oeste) los Love, llenan de colores nuevos cada canción.

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Pink Floyd – The Piper At The Gates Of Down
Horrorícense: el MEJOR disco de Floyd. No me vengan con los discos progresivos, éste es progresista. Acá no le cantaban al “otro lado de la luna” estaban ahí. Como en el disco de la Velvet, hay una manera de tocar los instrumentos, absolutamente novedosa. Me llamó la atención siempre (ensayaban en una iglesia abandonada) un documental en el que Barret raspaba la guitarra obsesionado por un sonido atonal. A pesar de ser vanguardia, y aquí si, cumbre de la psicodelia, no es inescuchable. Tienen su costado brittish (Lucifer Sam, Bike, The Gnome) y linkea constantemente a Lewis Carroll. Después de esto, Barret limó mal, y se fue a vivir al altillo, todo quedó en manos de Roger Waters, y bueno, al que le guste bien, yo paso. Chapter 24, para el que quiera saber que corno es la psicodelia.

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The Beatles – Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band y Magical Mistery Tour
Hay ochocientas millones de cosas escritas sobre los Beatles, un poco más sobre el Sargent Pepper. No sea tonto y repita boludeces: 1- Es un disco conceptual: falso, es un disco de canciones, lo que no lo hace bueno ni malo, que sea conceptual tampoco. De “conceptual” tiene el librito adentro y las canciones del Sargento y pará de contar. El que dice que es un disco “conceptual” sobre la infancia espero que argumente. Más “conceptual” es The Who Sell Out. 2-Disco Psicodélico: apenas algunos temas, Lucy In The Sky with Diamonds, Mr. Kite!, Within You Withouth You y A Day In The Life. Los demás temas aparte de no ser psicodélicos son medio pedorros (obvio, son del puto de macca; este es un disco MacCartney). Contrario a lo que puede parecer no aborrezco a los Beatles, de hecho me gustan bastante, pero no son ni ahí los genios que dicen ser (a veces ellos y a veces los periodistas).

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Magical Mistery Tour tampoco es gran cosa, ni siquiera es un disco, es un rejunte de temas: Flying está bueno y es desconocido; I am The Walrus es un clásico, Strawberry Fields también y Baby You’re a Rich Man es Lennon; los otros temas son de Macca, que no le pegamos más porque va a parecer que nos ensañamos.

Fin de la parte Uno.

Dedicada con amor (obviamente) a M. E.
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